Periostitis De La Tibia o Shin Splints.

Periostitis De La Tibia o Shin Splints.

Hace varios años, cuando trabajaba como cirujano general en 2 hospitales y corría de un lado a otro, tuve una fractura por estrés en la tibia… yo sólo sentía un leve dolor en la pierna, que empeoraba al empezar a correr. Recuerdo que llegué un día al parque a entrenar a las 5 am y no toleré ni 10 minutos corriendo, por lo que decidí parar.

Esa mañana al llegar al hospital me hice una rx (donde yo veía una periostitis y una pequeña fractura, el traumatólogo no veía nada).

Así que llamé a mi fisiatra y médico del deporte, para pedir una cita. Cuando llegué a su consultorio, con solo escuchar mi relato y verme la pierna, confirmó el diagnóstico (ni siquiera había visto la rx). Me indicó reposo, y empezar el tratamiento inmediatamente.

Tardé muchísimo en recuperarme, en esa época pasaba muchas horas al día de pie, y tenía guardias de 24 horas 1 ó 2 veces por semana (donde operaba gran parte día y algunas veces toda la noche), por lo que lo del reposo fue bastante relativo… pero no todo fue malo, ya que de esa lesión aprendí muchísimo sobre la vida y las lesiones 🙂

Luego de la terapia + drenaje linfático + fortalecimiento, comencé a entrenar en la bicicleta sobre todo las distancias largas (porque aún me molestaba en la tibia el impacto del pie al correr). Contra todo pronóstico después de esa larga historia de recuperación, vino mi mejor tiempo en un maratón 🙂

Periostitis De La Tibia o Shin Splints

El dolor en la tibia, suele comenzar como una molestia en la pierna difícil de localizar, ya que es consecuencia de la inflamación de los músculos y tendones que están por detrás de este hueso. Generalmente, la sensación dolorosa se ubica en la unión del tercio medio con el tercio inferior, pero puede variar en cada persona.

En la pierna, tenemos 3 compartimientos que son: el anterior, el lateral, y el posterior, del cual vamos a hablar en este artículo. Este último compartimiento muscular lo podemos dividir en 2, en su parte más profunda encontramos el tibial posterior, el flexor largo de los dedos, el flexor largo del hallux -dedo gordo del pie- entre otros. A nivel superficial encontramos el tríceps sural (gemelos y sóleo).

Cuando ocurre una inflamación en cualquiera de estos músculos (sobre todo en los que se encuentran a mayor profundidad) existe muy poco espacio hacia donde aumentar su volumen en vista de que por su parte anterior está el hueso de la tibia y por su cara posterior se encuentra la aponeurosis de los gemelos y el sóleo, por ende todas las sustancias propias de la inflamación, se van acumulando en la zona y van irritando los tejidos circundantes (entre ellos el hueso). Lo que origina que este se vaya horadando y se vaya produciendo una inflamación de sus capas más externas, que es lo que se conoce como periostitis.

En vista de que pasamos la mayor parte del día sentados o de pie (se hace más difícil el retorno venoso y linfático) por ende, la inflamación sigue aumentando. Sumado a esto la persona sigue corriendo, porque al principio no siente nada o solo siente una pequeña molestia en la pierna, que solo aparece durante la carrera y que muchas veces mejora al terminar la misma.

¿Por Qué Ocurre Esto?

La razón por la cual la sensación dolorosa mejora al terminar de correr, en los estadios iniciales, se debe a que al aumentar el flujo sanguíneo y linfático (por hacer ejercicio) este se lleva una mayor cantidad de los productos de desecho acumulados en la zona. Sin embargo, con el paso del día, se vuelven a acumular y vuelve a empezar el círculo vicioso. Hasta que llega un punto en el que se acumula más de lo que se desecha.

¿A Quién Le Puede Suceder?

En teoría, puede ocurrirle a cualquier corredor. Sin embargo, es más común en corredores primerizos o en aquellos que aumentan sus cargas de carrera de manera abrupta, sin respetar los períodos de recuperación.

¿Hay Algún Desencadenante?

Si. Entre las causas más comunes se encuentran el correr con zapato inadecuado (según el tipo de pie), que las zapatillas estén vencidas (bien por exceso de kilometraje o por años de uso), el correr en superficies muy duras, como el concreto, el tener pie plano también es un factor de riesgo, así como también, correr en superficies irregulares o con muchas subidas y bajadas.

¿Qué Debo Hacer Para Mejorar?

Para empezar a recuperarte de esta lesión, debes hacer lo que nadie quiere… ¡dejar de correr! Como alivio ante esta noticia devastadora, puedes practicar algún entrenamiento cruzado como rodar en bicicleta o nadar (sobre todo si tienes alguna competencia cerca).

Es importante que acudas a un médico del deporte para que te evalúe y determine el grado de lesión, y comiences a realizar fisioterapia + fortalecimiento. (Es probable que te soliciten algunos estudios de imágenes).

Aunado a todo lo anterior, puedes colocarte hielo o criogel (envuelto en una tela, para evitar quemaduras) durante 10 minutos, 3 veces al día. Y, si no eres alérgico, tomar algún AINES.

¿Una Periostitis De La Tibia Puede Originar Una Fractura Por Estrés?

Sin duda alguna. Una periostitis no diagnosticada o no tratada, bien porque el dolor no es muy importante, o porque no se siguen las indicaciones adecuadas, puede llevar a que el hueso se fracture. Y esta será más o menos aparatosa dependiendo del tiempo de evolución.

¿Cómo Sé Si Tengo Una Fractura Por Estrés?

Hay varios factores que deben llamar tu atención:

  1. Dolor durante todo el día (independientemente de la intensidad).
  2. Fuerte molestia al tocar la zona afectada.
  3. No calma con la toma de AINES y/o con la colocación del hielo local.
  4. El dolor se exacerba con el frío, y con el impacto del pie en el suelo al intentar correr.

Tratamiento:

Al igual que en la periostitis, y considerando que ambas son consecuencia del aumento brusco en las cargas o sobreentrenamiento, es necesario parar de correr (pocas veces le he tenido que decir a alguien que salga del ruedo -ésta lesión ha sido una de esas veces-).

Acudir al médico deportivo, para establecer un diagnóstico y un tratamiento adecuado, que consistirá en fisioterapia + fortalecimiento, drenaje linfático, y algún analgésico (vía oral o tópica).

Mi consejo: deja que el cuerpo se vaya adecuando a las cargas de entrenamiento, trata de no subir el kilometraje de manera muy brusca, no es necesario que vivas con la paranoia de una lesión, pero si te empieza algún dolor busca ayuda. ¡Es mejor consultar al médico más temprano que tarde!

¿Alguna vez has tenido un periostitis de la tibia o una fractura por estrés? Cuéntame ¿qué hiciste para recuperarte?

¡Gracias por responder!

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Isabella Diaz Blancofombona
https://www.drrunner.com

Cirujano general, maratonista y ultramaratonista. Medicina y rehabilitación deportiva. Máster en entrenamiento deportivo.


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